sábado, 7 de agosto de 2010

Francisco Miró Quesada Cantuarias y la posibilidad de avanzar hacia una concepción crecientemente objetiva, verdadera y universal del mundo y la vida.

Un filósofo universal

Por: Alberto Cordero-Lecca
Filósofo peruano. Catedrático principal de filosofía e historia de la City University of New York.

En los años cuarenta, con las instituciones culturales europeas debilitadas por la Segunda Guerra Mundial, Leopoldo Zea interpretó la tragedia del Viejo Continente como una oportunidad para la participación —igualitaria y auténtica— de Latinoamérica en el quehacer filosófico. La idea cobró fuerza en pensadores “regionalistas” abocados a desarrollar una filosofía acorde con las necesidades de nuestras sociedades. Irónicamente, quienes mejor realizaron ese noble ideal en nuestro subcontinente fueron pensadores de vocación universalista: Francisco Miró Quesada Cantuarias, Mario Bunge, Newton da Costa Silva, Roberto Torretti y Ulises Moulines, cuyas obras principales son lectura obligada en las grandes escuelas de Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia y Latinoamérica.

Estos pensadores prueban que desde nuestros países es posible hacer filosofía de interés mundial. En el caso de Francisco Miró Quesada, esto es particularmente cierto en áreas diversas, tiene trabajos de envergadura en prácticamente todos campos de la filosofía contemporánea. Pero el tema que más lo caracteriza es el de la razón, la facultad humana de cuestionar propuestas, de evaluar su consistencia interna y coherencia con el conocimiento vigente, de criticar sin arbitrariedad a partir de principios universales.

La razón

En la segunda mitad del siglo XX, el modo tradicional de concebir la razón mostraba deficiencias, en particular la de descansar sobre pilares problemáticos e incluso manifiestamente falsos. La reacción neorromántica que generó esto fue enorme e incluyó una exaltación pertinaz del irracionalismo en influyentes círculos filosóficos, tanto en Europa como en el mundo anglosajón (donde tuvo como asidero preferencial la bancarrota del empirismo lógico). A principios de los sesenta, mientras en el mundo se intensificaban las proclamas del “fin de la verdad objetiva”, Miró Quesada Cantuarias publica “Apuntes para una teoría de la razón”, obra seminal continuada en audaces dimensiones en su producción subsiguiente. Miró Quesada acepta y asume el carácter problemático de la razón pero niega que indique la bancarrota de dicha facultad, menos aún del ideal racional. Los neorrománticos denunciaban como ingenuos los ideales de objetividad y verdad. Miró Quesada, en cambio, siempre los afirmó presentando la razón como un órgano dinámico capaz de depurar sus propios fundamentos y refinar los estándares de rigor lógico y epistemológico del discurso racional. Su obra enfatiza la capacidad humana de superar las hipotecas aurorales del subjetivismo y el regionalismo, la posibilidad de avanzar hacia una concepción crecientemente objetiva, verdadera y universal del mundo y de la vida.

Sus contribuciones

Socio fundador de la Sociedad Peruana de Filosofía y miembro de número de instituciones académicas consagratorias como el Institut International de Philosophie y la Academie Internationale de Philosophie des Sciences. Su labor en beneficio de la filosofía y la cultura es admirable, desde los años cincuenta (cuando introduce la lógica y la epistemología analítica en nuestro medio) hasta la fecha. Actuando siempre desde Lima ha logrado dialogar —en condiciones de igualdad intelectual— con los mejores filósofos de la época. Francisco Miró Quesada, nuestro entrañable Paco, es un filósofo del más alto nivel. Es también un renacentista de lujo y del mundo: periodista, matemático, lingüista, político, ideólogo del partido Acción Popular, saxofonista secreto, asiduo lector de exquisiteces literarias, y hasta campeón de baile, pero sobre todo es un peruano grande y grandioso que ejemplifica mejor que nadie el buen humor y la lucidez como estilo de vida.

El elegido

En el Congreso Mundial de Filosofía (Moscú, 1993) Miró Quesada C. fue presentado como candidato a la presidencia de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía. Las expresiones de respeto y admiración por sus contribuciones y sabiduría dejaron en claro el impacto internacional de su obra. Su elección ocurrió por mayoría abrumadora.

Fuente: Diario El Comercio, suplemento "El Dominical". 1 de Agosto del 2010.